Si, la violinista y yo conectamos de una forma extraña y profunda, lo admito. No se como describirlo, pero era un sentimiendo de ser extraños y a la vez conocernos bien.
Se que este post suena como la pelicula esa de
Before Sunrise, pero en realidad era mas platonico, mas extenso y mas intenso. Ah, y en vez de caminar por las hermosas calles de Vienna, caminabamos entre
las montañas de basura napolitanas. Pero en realidad no era algo sexual, ni flirteo, ni romantico.
Luego de la noche anterior pasar tanto tiempo hablando de afinacion de instrumentos, de fisica, en la mañana ambos sabiamos que nos encontrariamos para desayunar. No lo acordamos, pero a ninguno de los dos le quedaba duda de que nos encontrariamos. Pasamos la mañana en silencio en la terraza del hostal: yo en mis ecuaciones, y ella en su libro de ficcion que esta escribiendo. Era muy comodo para ambos estar sentados por varias horas, enfocados, sin hablar nada. Era un silencio delicioso que nos unia en una conspiracion de musa.
La musa hizo que se nos olvidara comer hasta tarde, y fuimos a comprarnos unas pizzas y cervezas. Caminamos al muelle, y trepamos unas rocas para llegar a donde las olas daban duro. Alli nos comimos nuestra comida mientras hablabamos de la muerte, de la inspiracion, de la escala del universo, de impactar gente, de la historia de los tomates, y de
Pierrot Lunaire.
Napoli habia ganado el juego de futbol, y la ciudad cricalosa exploto en un descojon de celebracion. Vimos dos carros que chocaron, se gritaron mucho, dieron para atras, y siguieron como si nada celebrando. Nos perdimos en la multitud de gente y logramos escapar a un parque tranquilo donde hablamos de
Jesus Christ Vampire Hunter, de las presiones externas acerca de que significa ser exitoso, de las religiones donde la fe no es un componente principal, del tamaño de las ciudades, de las algebras no comutativas, de los vegetarianos, de Ray Barretto, del diseño grafico, y del impacto de otra gente.
Cuando nos dimos cuenta de lo tarde que era, ella materializo una libreta y boligrafo, anotamos temas de los que no pudimos hablar suficiente, y que tendriamos que discutir en el futuro. Sacamos ademas nuestros mp3 players, e hicimos una seleccion de canciones importantes que intercambiar y discutir luego.
Todo esto pasaba bajo la confianza mas grande posible, al punto que pudimos hablar comodamente que esto no era un flirteo sexual, que en realidad era algo bien platonico, emocionante, extraño pero que se sentia normal. No fue solo lo facil que se nos hacia hablar de tantas cosas siendo personas tan diferentes, si no ademas lo comodo que nos sentiamos al estar en silencio tambien.
"Smalltalk is for chumps", fue como ella lo resumio.
Ya de madrugada, y luego de varias cervezas mas acordamos que que Bach es el mejor, y que Mozart no nos mueve (menos sus operas); que derritan los saxofones del mundo y que hagan mas trombones; que el reguero de Napoli es hermoso; que pa'l carajo todo el mundo que no ha sido visitado por Las Musas.
"To Bach and Syncopation" fue el brindis de la noche.
Esa seria mi ultima mañana en Napoli, y al encontrarnos para desayunar decidimos caminar un rato, aunque significara que llegaria tarde a la universidad a mi ultima reunion de trabajo antes de irme. Nos dimos un abrazo de despedida, y uno dijo "this was great" y el otro dijo "we will keep in touch".
Y en la universidad no me podia concentrar reunido con mi jefe, en el autobus aun cuando tuvo el accidente que me dejo con el codo medio adolorido yo seguia con la mente perdida, en el tren a Roma, durante mi ultimo gelatto en Italia, en mis aviones y largas esperas en aeropuertos seguia con la mente ida, y en mi sueño malo luego de tanto jetlag. No pensaba en ella, ni en que debimos hacer algo mas, ni que tal vez nos veamos de nuevo en el futuro. Solo pensaba que luego de conectar asi con alguien uno se siente bien solo.