Tengo un celular. Bueno, más o menos. No, no es que me he quebrantado a las presiones sociales de estar comunicado todo el tiempo y me compre algo. No no no, nada de eso. Dame un break y te explico.
En un ratito me iré a España a un simposio de física. El simposio no está muy bien planificado, y dependeré de llamar por telefono para ver como rayos llego de la estación del tren a la ciudad del evento. Luego de eso, iré a Madrid, donde me tengo que encontrar con una amiga de una amiga, quien, si tengo suerte, me ofrecerá su futón para quedarme allí y además me sacará a fiestar.
Una amiga española me dió su celular de allá. Es viejito dice (no se que implica eso), pero sirve. Aparentemente allá se puede meterle minutos a los celulares desde el cajero automatico. Tambien los minutos son super caros, así que todo el mundo se envia mensajes de texto. Luego de crash course en text messaging, cambiar el celu a modo silencioso, y otras destrezas que todo el mundo tiene menos yo, creo que ya estoy preparado para usarlo.
Será un experimento psicológico intersante: yo en el viejo mundo con un viejo celular.
Saturday, September 16, 2006
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