Esta vez me lleve la sorpresa que parecen haber sufrido una reorganización drástica. Muchas músicos ya no estaba, y el director de la banda era un timbalero con mancha 'e platano.
Luego de un merengue bomba, empezo una canción suavecita que reconocí inmediatamente como Cocinando Suave de la leyenda Ray Barretto. La alegría que me dió convenció a mis amigos que estaba loco, pero era intoxicación cocola.
La intoxicación cocola empieza por la parte sensorial del cerebro, y se riega hacia la del lenguaje. Uno reconoce la canción, y el hipotálamo da la orden de enviar una hormona conocida cóma cocoloína que tiene un efecto en el corazon muy similar a enamorarse, pero sin tener nada que ver con la parte sexual del cuerpo.
Corrí hacia la tarima y le grité al timbalero "BARRETTO!", y me saludo diciendo "Ese es!". Luego de varios gritos ("PUÑEEEEETAAAAAAA") entendió que yo era boricua tambien.
Luego se pusieron a tocar la canción de Cheo Feliciano El Ratón. Estoy completamente seguro que lo hizo para complacerme a mí, ya que eso no está en su repertorio usual. Finalmente toco además La Murga, y ahi fue que alcancé el nivel máximo de cocoloína.
Es curioso como aquí en Austin la prescencia de los boricuas en las bandas es bien fuerte. Debo de empezar a llevar mi banderita de PR a todos los shows, pues, uno nunca sabe cuando aparecerá un puertorro en un show. Como dice la canción:
De cualquier maya
sale un ratón.
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