Thursday, September 21, 2006

La Padre Matria: El Teólogo

Debido a que mi acceso de internet está limitado, no he podido escribir a menudo. Trataré de ponerme al día poco a poco hablando de los diferentes roles que he tomado a lo largo de este viaje. Primero, he sido un teólogo en este viaje.

A mi me da mucho trabajo dormir en aviones, y por eso he intentado diferentes mezclas de narcóticos para achocarme. Olvidé comprar dramaminas, así que esta vez sólo me quedaba Benadryl. Tambien estaba preparado con tapones de los oidos y doble almohadita.

Me senté en mi asiento de ventana (más fácil para dormir recostado de la pared) feliz de que parecia que no me tocaría un vecino. Finalmente, llego un señor en sus 60s, bien vestido, con cara de que llevaba una noche sin dormir y sin afeitar.

El montó conversación usando de escusa que el viaje sería largo. En cortos minutos ya sabía que el era un reverendo evangélico fundamentalista original de Buenos Aires, con iglesia en Madrid, y ministerio en California; queda entredicho que en esas horas de viaje de Newark a Madrid trataría de salvar mi alma. Me empezó a questionar mucho acerca de la fé y la ciencia.

No le tengo antipatía a este señor, ni odio a su religión. Ambas me parecen indiferentes. Pero, dada la naturaleza del reverendo, era invevitable lo que pasaría. Una parabola ilustra esto:

Un escorpión le pide al sapo que lo deje montarse en su espalda para cruzar el río. El sapo se niega: ¨¿Y si me picas?¨. A lo que el escorpión le promete no picarlo. Luego de mucha negociación el sapo accede pensando que el escorpión no le hará daño mientras esten en el agua pues eso significaria la muerte ed ambos. A mitad de camino, el escorpión pica al sapo. ¨¿Pq me picas? Ahora nos jodemos los dos ahogados.¨ ¨Es mi naturaleza.¨ contesta el escorpión antes de morir.


El reverendo, revolcando el avispero, aseguró que ninguno de los dos durmiera en todo el viaje.

La postura del reverendo, que obviamente era muy inteligente y estudioso, era demostrar debatiendome que la ciencia aleja a uno de la fé de Dios, así que es mala. Sus estrategias era usar los trillados argumentos creacionistas que ya me parecen débiles, familiares y aburridos. Un bombito al pitcher.

Mi estrategia fue en cambio hacerle ver que el no entendía la ciencia, y sus críticas creacionistas eran basadas en un conocimiento errado e incompleto. Empecé creando un terreno común, para asegurar que me escuchara: la ciencia no excluye la fé, incluso, la ciencia es la fe de que el universo tiene sentido y que lo podemos entender. Luego de que el entendió que no sabía que era la evolución, que no tenía idea que era entropía, y peor aun, no sabía que era energía, el prometió leer más al respecto.

Cambió el tema a la naturaleza de la fé, pensando que aquí me educaría mucho. Yo le expliqué que veía la naturaleza de la fé cristiana como algo muy diferente a las otras. El parecía de acuerdo. Entonces, le cuestioné el objeto de su fé: la biblia. Empezó diciendo de su veracidad total, luego de preguntas aceptó que en traducciones se perdía mucho, y en fin que el lenguaje de la biblia no era adecuado para representar la verdad de Dios. Era divertido completar algunos de sus versos bíblicos, y hasta contestarle con algunos yo.

Le pregunté de en que forma era la biblia diferente a otros textos religiosos. Y ahí se alegró de poder hablar del odio de los textos islámicos. Yo señale los muchos, multiples y constantes pasajes de odio, muerte y destrucción en el viejo testamento. Y ahí el le echó la culpa a las traducciones. Le pregunté que si tal vez eso era lo que generaba mucho odio de los extremistas islámicos hacia los cristianos, y dijo que tal vez si, que parte era que mal entendian la biblia. Le pregunté si el entendia el Coran bien, y que si en base a esto podía criticar el islam.

Se puso rojo.

Empezo a hablar de las mujeres que predican y como eso no es de Dios. Se puso a hablar de los libros con ideas en contra de Dios que no eran apropiados para que la gente los leyera. Hablo del apocalipsis, del rapto, del reino de Cristo en la tirra. Se puso a hablar de los homosexuales que son aceptados en la sociedad. Se puso a hablar de la violencia en la TV. En fin, explotó en ideas locas de forma muy graciosa e incoherente hasta que se dió cuenta que perdió la chaveta y sugirió que trataramos de dormir.

¨Close your trays and move your seat to the upright position. We are about to land.¨

Dormido logré pasar aduana, y comprar un boleto de tren. Tome el metro hacia la estación del tren, y llegue 3 minutos tardes, pues en mi estado de jetlag, sin dormir y zombie, le pase varias veces frente a el andén y no lo ví.

¨Me cago en toda La Trinidad.¨

1 comment:

Stella said...

Ay Dios mio...sabras que ya yo hubiese matado al señor ese...yo no tengo paciencia para gente fanatica e ignorante.