Tuesday, July 11, 2006

El Truco de Pedro el Grande

Hace tres años atrás estaba en el rapeo pre-jevistico con cierta chica. Mientras tomabamos una sangría en un coffee shop de esos counter-culture de vegetarianos pretenciosos, el tema era de los viajes que habiamos dados. Todo era parte del ritual de mostrarnos uno al otro aventureros, aculturados y todas esas mierdas que uno trata de aparentar para así mejorar la probabilidad de truquear. Ella me describía su viaje a San Petersburgo; su interés en música clásica y su bachillerato en literatura rusa la habían llevado a visitar Rusia varias veces en su vida.
San Petersburgo fue creada por Pedro El Grande como una ciudad que representaba la nueva apertura al occidente. La Rusia nueva tendría más en común con los europeos que con los mongoles. Pedro El Grande, además de estar obsecionado con tener grandes flotas marítimas, entendía la importancia de la ciencia e ingeniería en la nueva Rusia. Una historía (apócrifa) dice que Leibniz, el más grande filósofo de la época, fue reclutado por Pedro El Grande para que trajera herramientas de Filosofía Natural a Rusia. Leibniz le preguntó si además debía importar cerebros, a lo que Pedro le contestó: "En Rusia tenemos mucha gente, y muchos genios. Lo único que necesitamos son herramientas".

En honor a este Gran Pedro (el Ruso, no el mesías que baila), se construlló una estatua que consistía de un barco donde se veía a Pedro levantando una antorcha que simbolizaba la modernizacion y conocimientos que él trajo. La chica me contó que en su primer viaje vió la estatua, y que era tan y tan fea, que se alegró en su segundo viaje al descubrir que ya no estaba. "La gente se quejó tanto y tanto de lo fea que era la estatua, que la tuvieron que desmontar. Ni se parecía a Pedro El Grande."

Click.

Fue entonces que entendí todo.
"Tienes fotos?"
"Si, pero es bien fea."
"La tengo que ver. Ahora."
"Qué?"
"Si tienes fotos, tengo que ver las fotos ahora mismo."
"Otro día te traigo el album para que la veas."
"Tengo que verlas AHORA."

Así que nos dirigimos a su apartamento, y luego de demostrar un fatulo interés en las demás fotos del album (avanza! avanza!), llegamos a la esperada foto de la fea estatua de Pedro El Grande.

Y ahí estaba, no había lugar a dudas.

Estaba frente a la foto de la estatua que luego traería a Cataño el Honorable Alcalde Edwin "El Amolao" Rivera Sierra.

La pavera descontrolada que me dió no se cuanto duró. Le expliqué a la chica toda la historia de El Amolao, que le regalaron la estatua de "Colón" en Rusia, cómo llevó a su familia que trabajaba en el municipio y lo criticaron de no llevar a más nadie del municipio, cómo el hizo expresiones racistas en TV ("Si me llevo a los negritos, los rusos grandes y peluos me los linchan"), y lo loco y borrachón que era.
"Y ese tipo salió reelecto?"

No se si me creyó ninguna de las historias verdaderas del fanático de las palmolives. Sin embargo, gracias a El Amolao pude truquear. Y eso es un honor que no mucha gente ha tenido.

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