"Culebra es bien chiquito."
"Esto es un playa y más ná."
"Los hotdogs son bien caros."
"Aquí no hay ná que ver."
Yo creo que ella no habia visto la playa todavía o algo. No entiendo de que habla, porque al ver por primera vez Playa Flamenco, las rodillas se me aflojaron. Cada mañana me levantaba de mi hamaca con el sol, me daba un chapuzón y me daba cuenta que lo que recordaba de la playa del día anterior no hacia justicia a lo que era. Sencillamente es el lugar más hermoso que he visto. Y uno no se acostumbra a lo hermoso que es. Yo no me quería ir. Quiero regresar. No dejo de pensar en Culebra.
Habíamos tirado unas fotos, pero la cámara trili con las fotos cool se jodió, así que aquí tengo una foto que tiró mi hermana.
La foto no le hace justicia a la playa. Está brutal: las arenas más blancas, el agua más cristalina, el verde monte que la rodea, la gente todo el mundo en afán de fiestar. Por la noche no había luna, así que se veía un cielo estrellado increible. Habían hasta nidos de tinglar.
Culebra está cabrón.
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