Monday, January 23, 2006

El Guaynabito

Anoche tuve una cena en mi casa y entre los invitados vino un guaynabito veterinario especialista en cirugía en peces. Resulta que él no conoce ningún puertorriqueño aquí, y en mi afán de crear una comunidad boricua en la ciudad, insistí que lo invitaran. Tan pronto se presentó, me alegré de saber que ambos éramos de Guaynabo. El, con retórica ninja, se distanció de mí, pues yo era de "uno de esos barrios" mientras que él era de "la casa de los helicópteros".

No estoy jodiendo.

En 3 minutos ya él me había explicado como su tío era billonario, y que era el dueño del helicóptero que yo veía volar por Los Filtros cuando yo visitaba a mi primo pa' correr bicicleta cuando era chiquito. El se sentía que me entendía muy bien, pues aunque eramos diferentes, él había visto todos "esos barrios" cómo el mío cómodamente desde el helicóptero de su tío.

Que me toquen los huevos de tal forma no me gusta, y para evitar agolpear a mi invitado, me escapé a hablar con una chica. La chica resultó ser muy interesante, y más importante aun, interesada en mí. Ya me estaba frotando las manos como mosca en mangó, cuando el guaynabito se sienta junto a mí y a la chica. Sentí como el flujo sanguíneo bajó en mis zonas erógenas: mi cuerpo prediciendo que ese guaynabito me dañaría todo con la muchacha.

El se dio a la tarea de explicarle a la chica de cómo el siente una conexión conmigo por ser de Guaynabo, asumo que tratando de arreglar las expresiones ofensivas anteriores. Es que en Guaynabo hay familias muy buenas, le decía a ella. Y procedió a explicar como su familia eran directos descendientes de gente de España, sin mezclarse, y como eso no se ve en municipios menos buenos, como Bayamón. Luego me miró a mí, y tratando de arreglar le explicó que aunque también hay gente como yo, que somos marrones y más mezclados, pero eso es lo lindo de Guaynabo, que hay de todo.

La conversación fue en picada de ahí, y mientras más el trataba de defenderse de las preguntas de la chica, cuando trataba de arreglar sólo decía cosas peores y peores. Yo ni podía creer lo que escuchaba y me dediqué a mirarlos a él y a ella con ojos de pescado anestesiado cómo los que él opera en su consultorio. El tipo se fue en un monólogo larguísimo para tratar convencernos (o más bien convencerse) de que él no es racista, pero siempre terminaba hablando mal de los dominicanos y justificaba sus opiniones diciendo que él si estaba bien informado ya que en su casa tenía una señora de Republica Dominicana limpiaba. Yo aburrido, y habiendo perdido el mojo me entretuve con una plasticina que tenía en la mesa.

Ya todos se habían ido de mi casa, y la chica me miraba nerviosamente mientras el monólogo abordaba temas de cómo las Ivy son las mejores universidades pues tienen muchas tradiciones, y de los carros costosos que él ha tenido en su vida. Yo sabía que todo se había arruinado con la chica. Así que esculpí un hermoso manatí en plasticina que puse en la mesa, ambos ignorábamos el monologo, y mientras la chica lo contemplaba le di un fuerte golpe con mi puño aplastando parte del manatí. "Una lancha le dio." dije, mientras el guaynabito me miraba asustado por mi acto violento. Le entregué el manatí machacado, y le dije "Señor veterinario, podría arreglar mi manatí mientras yo hablo con la dama aquí presente?". La chica se empezó a reir descontroladamente. El guaynabito se terminó su cerveza, se disculpo mucho por hablar demasiado, y se fue. Hablé un poco con la chica, pero ya era tarde, y ella decidió irse luego de quejarse de el guaynabito.

Lo que me duele no es la ironía de que las expresiones de discrimen que me tocaron fueron dictadas por un guaynabeño en Estados Unidos, si no que en el proceso me espantó una jeva. Maldito guaynabito.

5 comments:

Anonymous said...

Detrás de todo guynabito-recista-clasista hay un guaynabito que le presta su oído. ¿Porqué ellos pueden ser todo lo rudo y estúpido que quieran con sus comentarios racistas e ignorantes hasta el asco, y los demás no pueden ser autodefensivos mandándolos pal Carajbyto (en la frontera entre Bayamón y Guaynabo?

Me da pena por lo de la jeva, pero no parece muy ilustrada que digamos.

Phobos said...

En retrospectiva, lo debí haber botado temprano de la casa. Sin embargo, como había más gente, no quería crear un show frente a todos mis invitados. Pensaba en todo momento que ya la conversacion estaba terminando (es más, en todo momento él anunciaba que se tenía que ir ya), que la situación todavía se podía salvar, que se calmaría todo, y que yo truquearía.

Lo que más me chocó es que él era puertorriqueño también. He podido manejar mejor otra gente racista en otras ocasiones, pero esta vez sencillamente no podía creer lo que estaba escuchando pq salía de la boca de otro boricua. Yo estaba en shock (atónito, perplejo).

No fué si no hasta el final que me di cuenta cuanto tiempo había perdido escuchandolo hablar de $$$ que me encojoné y él se asustó y se fue rápidamente.

Anonymous said...

No me fijé cuando lo leí originalmente, pero "cirugía de peces"??? ¿Qué rayos es eso?. ¿Ahora llevamos los peces al veterinario? ¿O es que existen unos doctores cirujanos que viven en el fondo del mar, buscando peces que necesiten cirugías para entrarlos al quirófano?
Espero que signifique que el tipo estudia algo totalmente irrelevante al cuento, irrelevante socialmente o que no te importa.
No quisiera confirmar que en el mundo hay millones de cosas sobre las cuales no se nada!!!

Phobos said...

No es jodiendo.

El tipo es cirujano de peces. No solo me lo dijo mil veces, si no insistio como es el unico del sur de Estados Unidos que tiene esa especialidad. Explico como hay gente de mucho dinero y pagan mucho dinero pq le hagan cirugia a sus peces de miles de dolares.

La pregunta que le debi hacer es, los opera dentro o fuera del agua?

Anonymous said...

WTF?