La popularidad del reggaeton ha desplazado la salsa; no negaré que mi pasión cocolística me hace resentir mucho este género. Todo comenzó hace unos años cuando muchos salseros empezaron a darle espacio a cantantes de reggaeton en su música para validar este género de bajísima calidad de producción.
Puerto Rico se caracteriza por excelentes producciones musicales, así que no me puedo explicar por qué quedan tan flojas las pistas y los efectos de distorción de las voces. Pero lo que se lleva la corona de la tecatería eran los primeros videos de reggaeton. En imitación al gangsta-style americano, pero con pocos fondos para su producción, trataban de representar el exceso bling-bling poniendo segmentos de tipas chonchi en bikinis bailando en puentes peatonales que interrumpían al rapero que era circulado por motoras brilladas corriendo en una cancha de baloncesto de un caserío. Hubiera sido más interesantes si hubieran puesto las motoras en el puente peatonal, y las tipas en bikinis corrieran dando vueltas en la cancha de baloncesto para que rebajaran el chicho.
Creo que el evento que marca la muerte de la salsa fue el video de "He chocado con la vida" de Tito Rojas y Big Boy. El video no lo dejaban de repetir en el canal siete, y siempre me daba mucha risa como el director pensó que resultaría interesante visualmente que la cámara no apuntara a El Gallo Salsero, si no a su hombro, que daba un efecto de camarografo borracho. Estos visuales intercalaban los de Big Boy destruido emocionalmente (ja!) contemplando el carro accidentado.
Cómo dicen 3 Kings: Más charros que Chevy.
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