Esta carta abierta va dirigida desde el fondo de mi tierno corazón a la creadora y las colaboradoras de lo que era uno de mis blogs favoritos, El Mimbre Despeinado. Sé que el mimbre no es una conversación, así que he decido usar mi blog para conversar con ustedes.
Arquitectos del mañana
El mimbre fue creado y formado originalmente por amigas de mi infancia. If memory serves me right, lo primero que ellas publicaron fue en unas mimeografías editadas por Maestra Prieto. Apestaban a alcohol, y la tinta era azul-violeta. Maestra Prieto, con su traje con un roto en el sobaco que se le veía cuando levantaba su brazo para morder su empanadilla de pizza mientras daba clase, sembró la semillita de la paz en estas niñas que florecería luego en un fabuloso blog. Niñas que a pesar de no haberlas visto hace años, recordaba por su tajante sentido del humor que era como reírse de un alguien que se cayó y se hizo un tajo. Cruel. Observador. Comedia genial. Que ofende, pero que se joda, es gracioso. El mimbre era injusticia. El mimbre picaba.
Dame más mimbre
Cada vez que veía un post nuevo, mi corazón se aceleraba como si yo despertara para ver una caja grande forrada de papel de regalo debajo de un arbol de navidad. Yo era un fan del mimbre despeinado.
Cómo toda serie, el mimbre tuvo sus altos y sus bajos, pero mantenía una cadencia candente y decadente que me hacía volver por más más más mimbre. “Nenas, denme to el mimbre que tengan” pensaba insatisfecho macharranamente.
La responsabilidad hacia los fanáticos
Si buscan en sus anuarios mi foto, verán que dice que soy el fanático #1 de los Simpsons. Esa legendaria serie empezó con unos tropezones, pero rápidamente se convirtió en un clásico. Luego de casi dos décadas corriendo, la serie va perdiendo fuerza, y es sólo un recuerdo de lo que era antes.
Esto NO es lo que le pasó al mimbre.
Pero igual defrauda a los fanáticos. Llega un punto que una obra se vuelve más que sus autores y toma vida. Y nosotros los fans, por nuestra lealtad, nos creemos con el derecho de demandar una resolución.
Sopa de joyo para el alma
El mimbre tuvo una transición de fase. Es cómo que empezó a tratar de imitar a Sex and the City, pero los libretos eran tipo Luisito Vigoreaux. La Gran Popeya. Era como leer Reader’s Digest, casi podía imaginar las secciones clásicas que le faltaban: Citas citables. La Risa Remedio Infalible. Soy la tota de María.
Se volvió algo que la Maestra Gisela aprobaría, pero que apesta a Mancha.
Terry Schiavo
¿Qué se debe hacer con el mimbre? No sé, pero tengo fé en el mimbre.
Una Oración
Todas las noches, antes de ir a dormir, me arrodillo junto a mi camita, junto mis manitas, y con fe de la posibilidad de un renacer, recordando como Jesús cambió el agua a vino, rezo lo siguiente:
Cómo ave fénix
sale'e cenizas,
y de la tripa,
la longaniza.
De mierda’e vaca
salen los hongos,
y al injerirlos
son bien tripiosos.
Qué Papa Dios les traiga muchas bendiciones.